18.12.14

Dino Valls: que te miren duele

Desde hace dos años y medio, un libro está en mi mesilla de noche. A veces visible, a veces cubierto de otros libros, pero siempre acechando.
He leído pocas páginas de él, y creo que es porque no me atrevo del todo, en el fondo me da un poco de miedo. 
Ese libro es El mes más cruel de Pilar Adón. Y su portada, cuando queda liberada y sale al descubierto, me mira, perturbadora.



Así que hoy me armé de valor y decidí buscar al artífice de esa mirada sufridora que me anuncia el carácter de los relatos del libro.

Su nombre es Dino Valls (Zaragoza, 1959) y sus pinturas me resultan hipnotizantes y dolorosas a partes iguales. Te miran y te hablan, pero sus bocas están siempre cerradas. Y sus estudios de medicina no hacen sino añadirle un plus de escabrosos detalles anatómicos.
En su página oficial podéis ver muchos más retratos, aunque advierto que algunos son muy dolorosos.
Reservadlos para esos momentos de masoquismo artístico, cuando observar el sufrimiento silencioso plasmado en óleo sobre tabla os hagan estar en perfecta armonía y comunión con el universo.


















12.12.14

Abismos

¿Recuerdas ese momento en el que alguien te secaba las lágrimas, te pasaba un brazo por el hombro o te sonreía con ternura mientras te decía: llegará un día en que recordaremos todo esto y nos reiremos?

¿Recuerdas esa sensación de echar la vista atrás y darte cuenta de que te sientes como nunca pensaste que te sentirías? La forma en que pudiste recomponerte de todo, cuando las suturas hicieron su efecto, la impagable sensación de libertad y de control sobre tu manera de abrir los ojos al despertarte por la mañana.

¿Recuerdas cuando pensabas que tu caída no tendría fin, y que el mundo seguiría pasando a ambos lados de tu cuerpo con velocidad, y parecía que jamás te detendrías? 

¿Lo recuerdas?

Y ahora,
¿Recuerdas cuando todo estaba bien, cuando te encontrabas en una época "dorada" de tu vida y volviste a encontrarte, muchos años después, de nuevo con los pies al borde de un abismo? El incontrolable magnetismo de la posibilidad, el riesgo tan tentador, la tibieza del suelo bajo tus pies... que fuiste despegando, uno después del otro, para acabar volando unos segundos en una explosión de felicidad, antes de que el vuelo se convirtiera, otra vez, en caída. ¿Recuerdas cuando pensabas, ingenuamente, que podrías haber elegido no saltar?

¿Y recuerdas la sensación de no tener miedo?

¿Recuerdas cómo era?







Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...